Pasa
Pasa, ponte
cómodo/a.
Perdona el
desorden, hacía tiempo que no invitaba a nadie. Dame un momento para que
adecente un poco esto.
Busca tu sitio
entre el lío de libros, películas, canciones, poetas, viajes, vagabundos,
enredos y desenredos que hay.
Vaya, ¡me olvidé!
Tómate algo. No recuerdo ya los buenos usos de la buena anfitriona, ¿te he
dicho que hace tiempo que no dejo entrar a nadie?
Si no fuera por ese
duende que enreda en mí vida…. mira, en el lío en que me mete…. nunca hubiese
abierto los siete candados de mis siete puertas, pero cuánto me río cuando ella
lo hace.
Tenme paciencia.
Puedes mirar por
las ventanas, aunque todas no dan a la calle. Busca en los rincones. Abre los
cajones, revuelve lo que hay en ellos….algunos aún tiene llave, deja que me
guarde algún que otro secreto, algún que otro miedo, de momento.
Cambia los muebles
de sitio. Sube las escaleras, recorre este laberinto donde hay peldaños que dan
a otras estancias y otros se pierden, se retuercen, bajan, suben, se lían….
tendremos que empezar de nuevo.
Salta por recuerdos
intermitentes como si fueran charcos, colecciones de todo como hojas secas.
Ojea los cuarenta y cuatro defectos que tengo, apunta alguno más. Cuenta mis
más de cien mentiras y mis más de cien maneras de contarlas.
Husmea lo que
quieras y si te gusta, o no, pinta en las paredes, deja tus deseos, tus gritos,
malhumores, declaraciones de amor o desamor… deja tus huellas.
Pasa, ponte
cómodo/a... ¡ah! Y bienvenido/a.
Aún a día de hoy ansío el momento en que tras entrar en un zaguán (léase también zajúan que es más nuestro) y gritar -SE PUEDE?, alguien en la lejanía me conteste: -HASTA EL CORRAL!. En esos momento habré encontrado al anfitrión por naturaleza.
ResponderEliminarSiento que entre así sin llamar, pero me he visto en la necesidad de acomodarme entre sus cuatro paredes. No se preocupe usted que he dejado mis botas Katiuskas en la puerta, no le ensuciaré la casa, pero no le prometo mantenerla ordenada.
Bienvenido, Arquetipo. ¡Que alegría verte acomodado en el sillón orejero! ¡Coge la batamanta que tengo para ti!
EliminarNo te preocupes, no hace falta llamar para eso dejé la puerta abierta algo me decía que acabarías viniendo.
Pasa, pasa, a este lugar le vendrá bien tus risas y desordena cuanto quieras, no esperaba otra cosa de ti. No te pediré que cambies los enchufes o reformes el saloncito pero sí que enredes como solo tú sabes.
Así que, ¡ADELANTE….HASTA EL CORRAL!
Cierto es que no me gustan las uvas, y lejos de parecerme el peor de los pecados también hay que mencionar que le costó la cabeza a mi admirado ¿Spayce?. Los insectos me dan repelús, por lo que no veo acertado lo me Moski.
ResponderEliminarPero por encima del bien y del mal, más allá de luces y sombras, respiro sus escritos y me huelen a tierra mojada...el mejor de los olores!! Permítame pasar, se lo ruego. Aún sin nombre, dado q no manejo estas tecnologias de hoy, pero con curioso interés y admiración por como empuňa la péndola...aunque creo q más bien deberia decir como se pasea por el teclado. Ávida de sus escritos, sólo un cojín y un rinconcito...
Pasa, adelante, más bien te lo ruego yo. No te preocupes aquí puedes entrar sin nombre, o con todos los nombres, o buscar algún garabato que te guste… ¿ves la caja de latón con una interrogación? me la regaló la Catilinaria y al abrirla salen notas, letras, garabatos, colores, ecos y trazos de distinto grosor que puedes utilizar.
EliminarNo tengas repelús que la Moski no es por el insecto, la culpa de todo aquí la tiene la literatura, da igual cómo venga escrita, en libros, canciones o paredes. Así que elige tu cojín, tu rincón y expresa lo que quieras con o sin nombre. Gracias por tus palabras y bienvenido/a.