Solteras y maravillosas
Moski está decidido, me dice
categóricamente mi amiga la Oliva. Qué
miedo me da cuando se pone así, siempre me lía. Este año vamos a
relacionarnos más con seres de género distinto al nuestro ¿Querrá que adoptemos un perro? ¡Vamos que saldremos a conocer a tíos!
Uff, gracias Oli por la aclaración, no me veía compartiendo mi solución
habitacional con otro ser. ¡Y no admito discusión, así que no protestes! Jodía cómo me conoce.
A veces le da estos puntos y me
veo envuelta en situaciones surrealistas: de voluntaria en una fiesta de
Navidad para niños con una camiseta con estampa de la virgen, no te lo perdono, ni hablar, o siguiendo
los partidos de La Roja perpleja ante
la transformación de la Oli en una tifossi, o usurpando asientos reservados en
un concierto, o…Pero ¡qué le voy a hacer!, para las pocas amigas de mi mismo
género que tengo que contadas con los dedos de una mano me sobran dos, cuando
se pone así la dejo hacer.
-
¿Y cuál es el plan, Oliva? Me arrepentiré de esto, fijo.
-
Lo primero es consultar con los miembros fundadores del
Equipo para que nos aconseje.
El Equipo es una organización sin ánimo de lucro formada por mis amigos,
de distinto género al mío que de estos tengo más, dedicado a la búsqueda
incansable de lances amorosos con nocturnidad y alevosía y, a veces sin
criterio, con el simple objetivo de repartir amor entre las féminas.
Convocada la cúpula de la
sapiencia masculina, el Payo, el Rocker y el Negro, se excusan por la notable
ausencia del Moromierda que andaba metido vete tú a saber en qué mecánica. Y
dictaminan al unísono: Las tías lo tenéis chupao eso. Un poquito más conciso,
señorías.
- Solo tendríais que vestir sexy, que si falda y escote, maquillaros
y sonreír como si fuerais tontas, apunta el Negro. Me cago en la minoría étnica.
- No puedes ser borde, ni irónica y jamás, jamás decir
los libros densos esos que lees, esto va por ti Moski, sentencia el Rocker. Pues me cago en las 50 sombras y en Grey
también.
- Ah, y no te vendría mal peinarte un poco. El que
faltaba, veintitantos años diciéndole que me peino todos los días pero que mi
pelo es rizado y el Payo sigue sin creérselo.
Perra vida, no cumplo ningún requisito.
- Ea, ya está, seremos como esas solteras y maravillosas.
El viernes paso a por ti, dice la Oliva mientras sonríe.
- Pues si tu lo tienes claro…. Ahora si que me da miedo.
Piiiiiiiii. Mierda el telefonillo. Moski abre que te
traigo unas cosas. Ah, también viene la Jime. Joder, qué al final era
verdad... ¿La Jime?, pero si ella sigue enamorada de su Pancho como si no llevase
ya una vida con él.
- He pasado por un chino y he comprado maquillaje,
unos abalorios y como sé que no te podrás falda una camiseta con escote. La
Jime viene en calidad de asesora de imagen
- ¡Hostias Moski, el escote es para atrás que es como
que se lleva ahora! Uff, menos mal porque se veía hasta la hebilla del
cinturón.
- ¿Cómo lo ves, Jime?
La Jime se toma su tiempo, nos
mira y remira, da vueltas a nuestro alrededor. Ella siempre tan sosegada, tan
sutil… ¡Estupendas!, parecéis dos putas. Y así, con su beneplácito nos vamos al
garito que está de moda.
Cada vez que protestes o digas
una impertinencia, te propino una patada, amenaza la Oliva, mientras que se
fija con un clip el estrenado pendiente al que también le falta ya un brillantito y empieza a perder su color
dorado.
El garito está petao. ¿Que miiiieeeerdamúsica
es esta?, grito. Pues sí, era verdad lo de las patadas.
¡Cuánto daño ha hecho Sexo en New York! No ganamos lo que
ellas y Madrid está muy lejos de la modernidad de NY, así que imagínate Cuenca
o Calzadilla de los Barros, por ejemplo. Y esto es lo que veo: féminas que al
no poder llevar lo último de Prada se
han maqueado con unos vestidos de imitación del H&M dos tallas más pequeños, en vez de unos Manolos se empinan sobre sandalias de Mary Paz a pesar de estar a un grado, y
como no llegamos a la sofisticación de las neoyorquinas cambian su famoso
cóctel por el famoso nuestro, tinto de verano.
-
Qué nivelazo. Esto va a ser un puto desastre. Plafff, otra patada. Necesito una
cerveza.
-
No Moski, las modernas y maravillosas no beben
cervezas. Pide un gin tonic, que eso mola más
Pues ea, un gin tonic. Elijo la marca de la gin y de la tonic,
aunque creo que el camarero se está quedando conmigo y lo que me ha enumerado
es la alineación de la selección holandesa de fútbol y después de 1 hora de
preparación por fin tengo mi combinado, con su pepino y el resto de la ensalada
del chef que les ha sobrado del menú de la mañana.
Ahora relájate y sonríe Moski, me
instruye la Oliva mientras aprieta con sus dientes el alambre del cierre del
pan de molde que está colocando para unir el deshecho collar que compró en los
chinos.
Claro, claro, me relajo, si no fuera porque la camisa está encogiendo
por el sudor, no siento la oreja derecha y mi muñeca está adquiriendo un color
verde por la decoloración de la pulsera.
-
Peroooo… ¿por qué me das otra patada si no he
dicho nada?
-
Por lo que has pensado, que te conozco
Sorteamos las miradas
inquisidoras de las demás mujeres e intentos de codazos no fructíferos gracias
a que los vestidos no les permiten movimiento alguno, desenredamos mi rizo del
pendiente de aro de una en el que podría columpiarse un papagayo y nos
colocamos en un rinconcito. Mañana deben
de estar destrozadas, el cuello erguido cuán zarigüeyas para ver o ser vistas,
sonrisa permanente y contoneo de cadera. No se miran al hablar. ¿Quieres
otra?, Yo también tengo calor, escucho.
Tenían razón los padres
fundadores del Equipo, sin esfuerzo
alguno desfilaron los tíos. El primero lo descarté porque iniciaba cada frase
con “egggque”. El segundo quedó lesionado porque al calificarse como románico
empedernido intentó cantarme la última de Pablo Alborán pero sus partes se
precipitaron con mi rodilla con lo que perdió la voz y la compostura. Pena que no le pase lo mismo al cantante.
El tercero no estaba mal hasta que le asomó entre su camisa una cadena de oro
con el sagrado corazón más grande que un puño. El cuarto hablaba, hablaba y
hablaba y solo de él, ¡cuanto ego para
tan poca cosa! Y el quinto, a éste lo vi venir y fui más rápida dándole
esquinazo.
La Oliva tuvo mejor suerte y al
final se quedó con un bodeguero o algo así, aunque creo que su elección tiene
más que ver con su inclinación por el vino y ese massielismo que alguna vez
saca a la luz.
A las tantas abandonamos el
garito, el bodeguero sorprendido de su suerte, la Oliva sin resto ya de sus
abalorios y yo.
-
Bien, una farmacia abierta.
-
Que buena Moski, ¿me vas a comprar
preservativos?
-
No jodia, Trombocil
para los moratones que me has hecho.
-
¿Volvemos a quedar el próximo viernes?
-
No creo visto el panorama prefiero seguir un
tutorial para aprender ganchillo.
-
Bueno, me han dicho que hay una Web en la que te
apuntas y... ¿por qué me miras así?
-
Good
night, Oliva, and good luck.
Hum… ¡Quiá, no me lo creo! Subsiguiente barrunto que este trivio suyo no es más que una conseja de carácter sarcástico que lamento decirle, de ente oprimido a ente oprimido no me malentienda, que me la repampinfla.
ResponderEliminarAhora bien, no lo hace su estampa en el retrato que adjunta, la intuyo algo melancólica. Quiero pensar que se deba a esos itinerarios que se me pega por las bazofias de bitácoras ésas... ¡Ains! ¡Mira que se lo reitero, pero nada!
Para paliar, déjeme apuntarle algunos ítems fidedignos de suma relevancia para la disensión de género: las oprimidas tienen más pesadillas que los opresores; también pueden hablar más porque sus cuerdas vocales son más cortas y liberan menos aire al transportar el sonido; motivo, quizá, por el que se pasen un 22% más de tiempo conversando por teléfono; acción que no se ve afectada por la competencia de sentir más frío que ellos ya que su sistema de calor consume más sangre, algo que resta flujo sanguíneo de sus manos y sus pies; que para nada perjudica al flujo sanguíneo de ciertas damas, poseedoras de la maestría de realizar el perrito vaginal, sí sí, repito, pe – rri – to v – a – g – i – n –a – l. ¡Hale! Ahora que ya he conseguido suscitar su interés, indague, indague…
Aliento que de aquí a unos años ya no habrá ni opresor ni oprimida, únicamente criaturas gilipollas. Que por cierto, la mayoría son más felices a las 7:27 pm en la noche del sábado.
Good night, Moski, and good luck.
La catilinaria
Está bien me has pillado, lo confieso…no llevaba camisa con escote, ea, ya lo he dicho… pero sí una camiseta en la que garabateé con rotulador rojo “me faltan dos para un trío”. Pero, ¿sarcástica yo?, no, no.
ResponderEliminarQuédate tranquila que el retrato no refleja melancolía alguna, más bien ese déjome caer por aquí sin interés y pasotismo propio de mi persona, que si es por lo que leo en esas bitácoras, tan recomendadas y seguidas, la instantánea me pillaría con una recortá, o cerillas o dándole al garrafón como bien hace la Oliva.
No enrede Catilinaria trayéndome esos ítems de extrema profundidad solo a la altura de la gran filósofa del feminismo, Carmen de Mairena. No provoque, no me provoque…
Anonada quedo con la precisión de esa happy hour, ayer se me pasó pero en guardia estaré el próximo sábado a ver qué pasa.
Creo yo, y de creencias algo sé, que ni opresores ni oprimidas...tal vez mi opinión acerca de aquellas mujeres que se abanderan en pro de una corriente¿de aires? y se adjetivan como independientes y revolucionarias, buscadoras insaciables del HOMBRE así, en mayúsculas e irreal;cuando llega el momento de argumentar y/o justificar su solteria, lo resumiría bajo una premisa sencillita. " Muy seňoras mías, son ustedes solteras por obligación, y no por devoción como pretenden hacer ver". Válgame Dios, cuanta pseudocultureta trasnochada, y quede claro que en mi infancia lejana yo fui siempre de barriguitas y no de barbies... :-P
ResponderEliminarDe todo hay en la viña del señor dicen y de eso sabrás tú más, querida Reverenda Madre (que según san Google así es tu tratamiento ¿no?). Allá cada una/o con las batallas que elige que no seré yo quién diga nada, eso sí que la defensa de cualquier bando esté bien argumentada, por favor.
EliminarPues en mi infancia, aún más lejana, ni barriguitas ni barbies, que yo fui más de balones y canicas…así salí, claro.
Veo que llegas bien armada y no lo digo solo por las pistolas que te acompañan.
Cierto es que de todo hay en la viňa del seňor...en cuanto al tratamiento, con que me trates me doy por satisfecha hija mía,que no soy yo muy de protocolos. Difiero con usted en eso de elegir batallas, no siempre existe esa posibilidad y no siempre argumentos correctos fueron justos y/o legítimos;pese a ello grandes guerras se libraron en nombre de la Verdad Suprema, y asi nos fue.
ResponderEliminarPor desgracia el sentido que debiera imperar por antonomasia, es el menos común de todos, tanto que ni siquiera lo catalogamos como tal.
Querida sra. Moski, las batallas que me pierden son las dialécticas, aquí entre nosotras, mis novicias apenas balbucean palabra alguna, eso sí, gozan de una lógica aplastante, meritorio dado los tiempos que corren. Ya serán bendecidas con ese don llegado el momento, y si no fuera asi, si no lograran esa gracia, trabajaré duro con ellas para que al menos fuesen doňas y no seňoras de, mereciendo éstas todos mis respetos, que no devoción.
Termino, sabe bien que da más respeto/miedo aquello que se desconoce. Mi mejor aliada, una serenidad pausada que más que trino es fruta del jardín. Aunque no se ve, o por esto mismo, es mi arma más valiosa.
Me parece estupendo lo de obviar el protocolo, que tampoco es mi fuerte, nos tratamos pues como buenamente podamos y esta tecnología nos permita. Así que, Moski, a secas, que por Sra. aún me cuesta darme por aludida.
EliminarNo creo que haya distancia entre nuestras opiniones, salvo la producida por mi torpe exposición y la física claro.
Debe ser por deformación profesional pero siempre busco el raciocinio y la buena argumentación, que por algo me pasé años entre papeles de teorías y fundamentos de ideas, y no quería decir que una buena elaboración legitime y justifique cualquier batalla. Pero si encima carece de ello, me supera, querida.
Demasiada disertación estoy haciendo para lo que mi tía resumía en una contundente frase: “hay tontos para to”
Buena aliada tienes, yo cuento también con una que me trae siempre todos mis colores.
Como miembro del equipo y por alusiones.
ResponderEliminarNo somos una organización sin ánimo de lucro, que no nos hayamos lucrado es otra cosa seguramente achacable a no haber cultivado los círculos ni las amistades adecuadas, nos gusta más que se nos vea como ONG.
El citarnos podría ser considerado alta traición (si se me excusa la grandilocuencia) o al menos indiscreción. Al igual que en el fútbol, lo que pasa en el bar se queda en el bar, aunque sólo sea porque la cantidad y calidad de las libaciones nocturnas nos borre la memoria de manera más efectiva que el flash de los Men in black (y no hablo de la Troika).
Por último haré algo de autocrítica y reconoceré que los comentarios venían de gente de bien (eran por tu bien, desdichada) pero que:
- Ni nos arreglábamos ni cuidábamos en exceso nuestro aliño indumentario. A fin de cuentas unos vaqueros y una camiseta o polo no pasan nunca de moda y mi vieja chupa de cuero, aunque tenga más años de los que yo tenía cuando me la regalaron mis padres todavía tira
- No éramos especialmente cuidadosos ni diplomáticos a la hora de hablar y de hacer conocer a los demás nuestras autorizadas opiniones sobre cualquier cosa. Vamos, que no nos mordíamos la lengua (por miedo, sin duda, al envenenamiento)
- Ninguno de nosotros ha provocado que haya por ahí algún peluquero conduciendo un Ferrari y llevando a sus hijos a estudiar a Harvard y, por descontado, el tema de las gominas, espumas y demás chorradas nos pilla a años luz (lo que seguramente ha contribuido a que los tres luzcamos una envidiable cantidad de pelo sin entradas ni salidas)
¿Qué se deduce de todo esto? Que somos españoles (de nacimiento o adopción, qué más dará) y se nos da muy bien aquello de predicar.
Lo de dar trigo... al no lucrarnos no estamos para regalar así que mejor que lo den otros
Sabes bien que podrías acusarme de cosas pero jamás de indiscreción, muestras he dado de ello y como decía aquel “valgo más por lo que callo”. Pasé suavemente con una breve referencia haciendo eco de tan sabios consejos…lo sé, eran por mi bien, muestras me han dado cada uno de los miembros en todos estos años de sabias palabras, grandes apoyos y hermosos gestos. Lo demás lo dejo a buen recaudo, que nos siga sirviendo para alguna que otra risa, entre humo y cervezas, cuando recordamos aquellos ¿”Glory Days”?
Eliminar¡Y no te olvides de las botas!, que tantos conciertos llevan pateados y que tantos les quedan por andar. Como siempre dices, “qué le vamos a hacer, somos así”, ni cuidadosos ni diplomáticos como un buen “rock suave”
¿Qué se deduce de todo esto? Pues como canta aquel, salvo por feo, “fuerte y formal”.
Como siempre un placer tu visita, tu charla y compañía.
No te cortes, lo de feo también aplica. En realidad en esa canción nos aplica casi todo:
EliminarSabes (sé) que siempre puedes (puedo) contar conmigo (contigo)
Somos un tanto animales pero en el fondo somos unos sentimentales
Somos de otra época y corte moral (de cuando los hombres eran hombres y la música rock&roll) y resolvemos nuestros problemas de forma natural ¿para qué discutir si puedes pelear?
Con sonrisas de complicidad estamos dispuestos a alegrarnos el día
Creo ser un hombre de bien a carta cabal
Y, sobre todo, tenemos palabra y vive Dios que escrito está que si la damos no se romperá
El placer ha sido mutuo y espero con ansia tus próximos escritos