Sempiterno negro que no es por
luto ni ausencia de color, sino porque ella es la suma de todos los colores en
los que se des-grana.
Ingenio, paciencia heredada y
minuciosa, capaz de desliar la más enrevesada de las madejas, y al segundo, liarla,
liarse y liarte.
Enreda con mayúscula, ya desde su
origen nos lo vino diciendo…qué no salgo…me doy la vuelta para mirar desde
aquí…espera qué será esto…no veas qué susto… ahora sí. Como una sorpresa.
De creatividad infinita hasta
inventarte tu propio mundo, solo tú sabes la vida secreta de los Pin y Pon.
Imaginación sin límite, era todo
lo que necesitabas para diseñar tus juegos y tu música. Siempre la música,
heterogénea no podría ser de otra manera, y no te dormías hasta que no cantabas
el repertorio que sabías… ¡papaaá, ahora ya puedes apagar la luz!
Te expresas con las manos y
diseñas tu vida, tu mundo y el mundo de otros en busca de una perfección
perfecta de espacios con distancias milimétricamente calculadas, líneas y
trazos con los que solo tú sabes crear imágenes.
Ciudad de plazas soleadas y
abiertas, siempre mirando al sur, y de callejuelas estrechas y sombrías, que
por pudor nunca muestras. Porque tienes tus reglas, porque eliges tus soledades,
porque has decidido “llorar sin molestar”.
Granos encarnados, cuidadosamente
separados y protegidos de aquellos que intentan meter su nariz, de manchar con
el barro que llevan pegados a sus zapatos, que dicen lo que debiera ser en un pobre
intento de salir de su anodina mediocridad, y “no haces caso, y te ríes y te
preguntas, qué sabe nadie”.
Disidente de la normalidad,
decidiste hacer de tu existencia un viaje personal salvaguardando tu alma y ternura. “Resistiendo frente a todo, sin
volverte de hierro para no endurecer tu piel”.
Huidiza de halagos y lisonjas por
ego olvidado. Que sí, eres el mejor de los reflejos… ya sabes, cuando tengo
razón…
Respeto absoluto a la esencia de
los demás y tierno cuidado de cada uno de nuestros disfraces. Mesura en todo
tus intentos y firme resolución “me importa ser yo”.
De ideales y compromiso sin hacer
bandera ni gala de ellos, lejos de la foto y de reconocimientos.
Guardiana de mi memoria,
carcajada limpia, a tu lado siento el hogar, la ternura y esa extraña mezcla de
cordura y locura. Ay,…quién no te conozca…
Esto no es por tu 19, es como
todo lo que hago, porque me da la gana, porque te debo años y un “gracias” por aquella carta
que me sacó del olvido. Lo que pasa es que me ha salido un torpe boceto, líneas
mal trazadas incapaces de dibujar un todo tan grande.
“Sigue liando telarañas que
enmarañan mi razón, que te quiero mucho y es con ton y son”.
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